Recientemente se ha descrito la inteligencia artificial (IA) de muchas maneras: revolucionaria, un punto de inflexión económico, una «bestia» que está exagerada o mal publicitada. Me gusta pensar en la IA como una nueva frontera en la larga tradición de herramientas que han hecho avanzar a la humanidad; la siguiente fase de la revolución de la información, como lo fue antes la revolución industrial o la revolución científica. Y como todas las innovaciones importantes que se han producido en la historia, la IA tiene la posibilidad de convertirse en una fuente de bienestar o en una fuente de caos.
La IA es la gran promesa para las empresas: la IA predictiva, impulsada por el aprendizaje automático, ya se está utilizando para reconocer patrones, mejorar enormemente la eficiencia y resolver mejor problemas empresariales y sociales en menos tiempo de lo que hemos visto hasta ahora. Se puede utilizar para mejorar la investigación médica, en cosas como predecir cómo se pliegan las proteínas para influir en las funciones biológicas. Puede ayudar a detectar fraudes financieros y proteger tanto a los clientes como a los resultados finales de la empresa. Puede ayudar a prever desastres naturales al predecir mejor las crisis y los efectos que se derivan de ellas. Lo sabemos porque hemos estado ayudando a los clientes a lograr estos objetivos impulsados por la IA durante muchos años.
La IA generativa no solo reconoce patrones, sino que también genera nuevos patrones. Gracias a esta capacidad, los desarrolladores de software pueden ser más productivos, ayudar a los creadores de contenido a ofrecer experiencias mucho más inmersivas y conseguir que los clientes, empleados, ciudadanos y estudiantes encuentren la información que necesitan con mucha más facilidad.
Todas estas posibilidades son factibles gracias a un elemento: el dato. Y esto es así desde hace tiempo. Mejores conjuntos de datos han permitido a las generaciones anteriores de herramientas de IA mejorar sus predicciones y, al usar conjuntos de datos muy grandes, los grandes modelos de lenguaje han impulsado la IA generativa para alcanzar nuevos niveles de funcionalidad. Las innovaciones actuales mejoran rápidamente estos primeros modelos de base al utilizar los datos privados de los clientes para mejorar el contexto o afinar un modelo existente y tomar mejores decisiones. El eminente científico informático Peter Norvig lo resume elegantemente: «Más datos es mejor que algoritmos más inteligentes, pero mejores datos es mejor que más datos».
Dicho de forma sencilla, la IA se basa en los datos: el almacenamiento de datos, su seguridad y accesibilidad son cruciales en lo que respecta a la información y el análisis que ofrece la IA. Por lo tanto, las funcionalidades de IA de tu organización son tan competentes como los datos que las alimentan.
Para poner en funcionamiento la IA es necesario gestionar varias versiones de modelos y mantenerlos actualizados con los últimos conjuntos de datos, lo que implica que deben fluir libremente grandes cantidades de datos, tanto los propios de la empresa como otros conjuntos de datos relevantes que utilizan los clientes para mejorar sus sistemas de IA. Por supuesto, sabemos mejor que nadie que esto no es como abrir una compuerta de una presa pero de datos. No solo se trata del volumen de datos masivo e incesante, sino que también están dispersos y, a menudo, sin estructurar, y hay que protegerlos. La tecnología compleja y los silos organizativos y de datos tan dispares son grandes obstáculos para que los proyectos de IA entren en la fase de producción. Para ayudarte a sacar el máximo partido de la inteligencia artificial, necesitas las soluciones más completas, potentes y sostenibles, sin los cuellos de botella que generan los silos de datos tradicionales. Disponer de una infraestructura de datos en la nube híbrida que sea inteligente, moderna y esté integrada es la base de la inteligencia artificial.
Tanto si eres una empresa pequeña como una gran corporación, así es como puedes optimizar tu motor de datos para aprovechar la revolución tecnológica inteligente:
Con la optimización del motor de datos, puedes contar con una base sólida que libere el potencial de la IA a la vez que lo haces de una forma responsable, segura y rentable.
Los datos y la infraestructura de datos es de lo que más sabemos en NetApp. Al aprovechar toda esta experiencia, puedes ponerte en marcha de forma inmediata, garantizando un enfoque sin obstáculos en las demandas de los clientes.
Durante 30 años, en las sucesivas revoluciones tecnológicas y de modelos de negocio, NetApp no solo ha soportado, sino que también ha sabido rentabilizar cada uno de estos cambios para intensificar nuestra experiencia, ayudar a nuestros clientes a desplazarse por un mundo en constante cambio e impulsar nuestro propio éxito empresarial. Ya estábamos aquí cuando la informática cliente-servidor se convirtió en la norma, cuando las empresas migraron sus ventas a Internet, cuando la nube se convirtió en el elemento disruptor y cuando el mundo híbrido se convirtió en la solución. Como resultado, sabemos qué necesitan las empresas incluso cuando la tecnología cambia. La IA no es diferente. Hemos conseguido que nuestros clientes puedan usar técnicas de IA para avanzar en el desarrollo de medicamentos y el diagnóstico de enfermedades, mejorar la fabricación y el servicio al cliente, y reducir el fraude, los residuos y el riesgo. Además usamos la IA todos los días para desarrollar y mejorar nuestros productos y servicios.
Solo NetApp permite a los clientes integrar, acceder y gestionar el ciclo de vida completo de sus datos y, además, hacerlo para cualquier dato y para cualquier aplicación, incluida la IA, en cualquier lugar.
Si te interesa y quieres saber más sobre el futuro de la IA y los datos, y sobre la posición de NetApp en este nexo crítico, regístrate en NetApp INSIGHT® 2023, nuestra conferencia tecnológica global para pensadores, líderes y creadores de infraestructuras y datos.
Un grupo de líderes del sector hablará sobre cómo podemos trazar este camino de manera responsable y acertada. Espero que te unas a nosotros.
George Kurian es el director ejecutivo de NetApp. George se unió a la empresa en 2011, aportando su pasión y una actitud incansable en la ejecución de sus funciones de liderazgo en NetApp. Fue nombrado director ejecutivo en junio de 2015. Es licenciado en Ingeniería Eléctrica por la Universidad de Princeton y cuenta con un MBA de la Universidad de Stanford.